Ryan conseguía la hierba en el norte.

Era muy buena.

Su novia vivía al sur.

También le encantaba esa mierda, pero se habían dejado porque ella no quería seguir consumiendo.

Él no se veía capaz. Le encantaba respirar aquella textura y recordar los mejores momentos con ella, mientras besaba su piel canela y la abrazaba.

Cuando la consumía, a su mente llegaba el recuerdo de su mirada por las mañanas. Sus ojos miel, enormes de cariño, mientras encendían la llama de la adicción.

Pero ella lo había dejado y él no lo vio venir.

No le cogía el teléfono ni respondía a sus mensajes, así que, dejaron de verse un tiempo.

Nunca pensó que pudiera ser tan fría.

Pero un día, volvió a llamarlo. Quería estar con él.

Ahora Ryan le entregaría toda su vida y la amaría para siempre.

Recuperarían los mejores momentos de su memoria y los revivirían con la misma intensidad.

Sabía que era la indicada para él.

Como la hierba del norte.

Ella lo estaría echando de menos, seguro, para volar juntos de nuevo.

Puntual. La vio al otro lado de la acera.

¿Sabes ya cómo te sientes? 

Pues elige el final que te apetezca